Antes de la fundación de Numancia por los Arévacos, el cerro estuvo ocupado en el III-II milenio a.C.; se conoce después un asentamiento de la Edad de Bronce e inicios del Hierro (siglo VIII- VII a.C.). Posteriormente, no hay datos hasta la fundación de la ciudad celtibérica, (siglo 111-11 a.C.). A partir de este momento, tiene una ocupación continuada, ya que después del año 133 a.C. (Cerco de Escipión) fue de nuevo habitada, prolongándose hasta el siglo IV. Existen restos de un pequeño asentamiento visigodo (siglo VI) y, a partir de siglo XI, documentación escrita y arqueológica medieval (ermita románica de Los Mártires).

Se conoce la superposición, al menos, de dos ciudades: una celtibérica y, sobre ella, otra de época romana, acomodada a la anterior. La superficie excavada (unas 6 Has.) permite conocer el trazado de las calles, formando una retícula uniforme, sin dejar espacios libres o plazas. Para defenderse de la climatología, un mayor número de calles están orientadas Este-Oeste, en contra del viento norte dominante. La ciudad de época romana mantuvo el aspecto indígena de la anterior, introduciendo escasas mejoras: algunos desagües encauzados por lajas de piedra, y algunas casas, en el barrio sur, con patios de columnas.

Roma inicia la conquista del interior peninsular a lo largo del siglo 11 a.C., lo que llevó al levantamiento de los celtíberos; pero el tratado firmado con Graco, en 186 a.C., proporcionó una paz duradera. Una constante presión de los romanos obligó de nuevo al levantamiento de celtíberos y lusitanos, iniciándose las Guerras Celtibéricas (153-133 a.C.), denominadas Numantinas, por ser esta ciudad su centro. El pretexto para declarar la guerra a los celtíberos, fue la construcción por los habitantes de Segeda (Mara, Zaragoza) de una muralla nueva, lo que violaba el tratado de paz firmado con Graco.

Intervino el ejército romano y los segedenses pidieron refugio a los numantinos, que los acogieron como aliados y amigos. Nobilior les persiguió hasta Numancia, sufriendo una gran derrota. Los sucesivos generales romanos fueron derrotados, por lo que Roma tuvo que enviar (134 a.C.) a su militar más famoso, P. Cornelio Escipión (llamado El Africano, por la destrucción de Cartago), que cercó la ciudad, cayendo tras once meses de asedio y veinte años de resistencia, convirtiéndose en mito y símbolo de la lucha de un pueblo por su libertad.

 A los valores históricos que Garray posee y que ya han sido vistos, hay que añadir los aspectos artísticos ya sean de tipo arquitectónico, escultórico o pictórico, siempre dignos de mencionarse y tenerse en cuenta, porque sin duda realzan el valor de esta localidad.

 Cronológicamente, y dejando a parte las obras de arte celtíbero-romanas de Numancia, quedan restos suficientes para ver que existe una continuidad de la producción artística en Garray desde un momento Protorrománico (Mozárabe) hasta bien entrado el siglo XVIII.


Galería de Imágenes

R. Caida Numancia
R. Jueces romanos
R. Pueblo Numantino
R. Tropas romanas

Comparte esta Página